Atenas

Gracias a Vueling, encontré una oferta de 4 días por 130€, saliendo un jueves y volviendo un domingo…para algunos, tiempo suficiente, para otros no, el tema es que necesitaba salir y desconectar.

Tras pagar 5,90€ del aerobus y un trayecto de 30 minutos, llegué a la T1 donde el acceso, control y llegada a puertas fue bastante rápido, por lo que sin mucho problema ya pude embarcar, a la fila 30, por suerte en ventana, a 1 del final del avión.

Un trayecto de 3 horas (diferencia horaria con Grecia: +1), que fue mas o menos pesado, debido al olor a vino del pasajero que iba detrás mío, que no contento con la cogorza que llevaba, ya pidió vino en el avión…aquí es donde me planteo si en los vuelos hay un derecho de admisión, sobretodo por lo que me tocó vivir a mi regreso, pero eso ya lo contaré…

En Atenas aterricé poco después de las 2pm, clima fresco y nublado, la salida del avión fue rápida, tan rápida, que de hecho no me di ni cuenta y ya estaba fuera del aeropuerto…y aquí comienza mi ruta por Atenas.

Mis couchsurfers me indicaron coger el bus x95, que va del aeropuerto al centro de Atenas, y me bajara en “enrikos entinan” o como sea su transcripción al alfabeto tradicional, cosa fácil, si en la pantalla del bus apareciera qué parada es la que viene, pero no es así.

El ticket de bus se compra en unas taquillas justo a la salida del aeropuerto, cuesta 5€ lo cual comparado con los 5,90€ del de Barcelona me parece caro, tanto por el estado de los buses, como por su frecuencia (20 mins), pregunté a quien tenía al lado si me quedaba mucho tiempo de viaje y su inglés no era muy allá, y preguntó a otros que le indicaron cual era mi parada…más o menos el trayecto fueron 30 mins.

Pablo, uruguayo, me esperaba en la parada, la casa estaba a solo 5 mins caminando de allí, así que perfecto, tras conversar un rato y sacarme todo el equipaje y demás, organice mi día ya que él y su chica, trabajaban (normal en jueves) así que hasta las 9 de la noche no estarían en casa, por lo cual decidí tirar al centro, eran las 3pm, a solo 5 mins tenía la estación de metro de PANORMU , la cual está a 4 paradas de Syntagma, el centro de la ciudad, el precio del ticket es de 1,40 y dura 90 mins, cosa buena si vas a hacer muchas gestiones y debes moverte por el centro, cosa mala si vas solo a un destino…no hay de 10 viajes, si uno de 24 horas pero no salía a cuenta, eran más de 4 euros.

El metro de Atenas está en muy buen estado, luminoso, amplio y bien señalizado por lo cual es fácil moverse, sobretodo por que aquí SI hay información en inglés, pero bueno…sabiendo un poco de grafía griega puedes apañarte y leer algo (aunque no entiendas)

Primer destino, la estación de Larissa, donde compre por 25€ mi ticket ida y vuelta a Meteora, había leído en otros blogs que el precio era de 50€ i/v , imagino sería en clase primera, yo iba en la de los vagones de 6, (que es 2da), para más información aquí tenéis la web de trenes griegos.

Volví a Syntagma, y prácticamente estaba oscureciendo, eran las 5 pm, la plaza central estaba toda decorada de navidad y la calle que baja hasta Monastiraki, llamada Ermou, no tiene nada que envidiarle a una Rambla Cataluña o a una calle Preciados, de hecho en un momento te olvidas de que estas en Atenas a no ser por estar todo escrito en griego y por haber algún puesto local de los pretzels tipicos y de una bebida a base de raíces de orquídeas que se llama Salepi, pero por lo demás, nadie diría que estas en Grecia.

La llegada a Monastiraki es siempre un hervidero de gente, entre eventos, manifestaciones, gente pidiendo y estudiantes reunidos, justo ahí hay un mercadillo donde encuentras souvenirs, ropa de marca y falsificaciones, de hecho hay un cartel que pone mercado de las pulgas.

Debo reconocer que me dediqué más que nada a perderme y callejear, comprar las 4 postales que necesitaba y alguna otra cosa más, pero sin ningún rumbo fijo, teniendo siempre como referencia la calle principal, que ya te vas de ella y se vuelve todo muy desierto.

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Volví a Syntagma , al Parlamento y justo era la hora del famoso cambio de guardia, (el cual se realiza a cada hora IMPAR, y los domingos por la mañana se realiza el más formal, con desfile, tropas y orquesta), ventaja de verlo a esas horas, que no había nadie, desventaja, que era de noche y no se podía apreciar bien la vestimenta, pero le daba un toque místico observar ese peculiar paso de los ezvones, entre penumbras.

En pleno Syntagma hay zona wifi gratis a la cual me pude conectar y dirigirme hacia la Acrópolis por la noche, por lo que baje Ermou hasta la calle Eolou, donde ya era posible divisar el recinto iluminado, bordeé todo hasta llegar a Apostolou Pavlou, el cual es todo un sendero adoquinado con terrazas y bares y casas de gente de clase alta, hasta que llegue al Anfiteatro de Herodes Atticus… pero seguía sin ver un recorrido claro hasta la Acrópolis, de hecho, me alejaba, y la iluminación de la calle no era muy allí, lo cual ayudaba a que la luces de los templos en las alturas resaltara mucho mas.

Pasé por en frente del nuevo Museo de la Acrópolis, pero ya empezaba a descender la calle, por lo que creí que estaba ya yéndome del acceso a la Acrópolis, por lo que me devolví por donde vine, y dedicarme a apreciar la colina desde los asientos que hay en todo el paseo peatonal.

Debo decir que en ningún momento me sentí inseguro, por muchos comentarios que había oído sobre Plaka y Monastiraki, imagino ayuda que no tenga pintas de turista, que no vaya con un mapa por la calle o con cara de “donde coj… estoy”, así que incluso al recortar camino por calles poco iluminadas, no tuve ninguna sensación de peligro.

Volví a casa, conocí a Eleni, y nos fuimos a un bar de juegos y comida típica muy cerca de casa, estuvimos allí comiendo hablando y jugando hasta la 1 y decidimos volver, ya que mi tren a Kalambaka salía a las 8:27 de la mañana.