Amanecimos temprano…mucho, para iniciar la ruta hacia uno de los puntos fuertes del viaje: El Mar de Aral, ese mar que ya casi es un lago debido a las plantaciones de algodón, y donde yacen una docena de barcos que quedaron encallados y murieron a la espera de volver a la mar.
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Desde Khiva, cogimos un taxi hasta Urgench, desde donde salen los buses ( o los shared-taxi) para la zona de Muynak, en Urgench, la «parada» de taxis está muy cerca de un marcado por lo cual el ajetreo es gordo, pero la presencia de turistas, escasa, por lo que a nuestro descenso, vinieron como pirañas donde nosotros, con la idea de pelear un precio para nuestro destino, y al parece peleamos bastante bien, sobretodo porque nos decían primero: no no, ni hablar, y luego volvían y rebajaban un poco mas el precio. no teníamos prisas, por lo que aceptaron nuestra oferta pero esperamos a 2 pasajeros más.
el camino es bastante largo, aproximadamente unas 4 horas, donde los matices ex soviéticos están por doquier, pero lo que más llama la atención quizás sea el último tramo : Nukus-Muynak ya que la vegetación costera, choca con la realidad actual de la zona.
El pueblo de Muynak te recibe como un pueblo fantasma: edificios, escuelas y calles vacías, debido sobretodo a las condiciones climáticas, los gases, polvo y demás reinante que hicieron en su momento ser una zona con la mortalidad mas grande de niños en las zonas alrededor del mar
bajar al «mar» y subirse a los barcos oxidados es toda una experiencia…demostración de cómo la mano del hombre puede ser, y es, la más dañina que existe sobre la tierra.
el camino de vuelta no fue duro, fue durísimo, ya que el taxista no quería volver a Urgench sólo con nosotros 2, por lo que estuvo más de una hora yendo y viniendo entre la estación de tren de Nukus y la estación de bus, de manera de conseguir mas pasajeros… seguíamos sin tener prisas, hasta que empezó a atardecer, y no teníamos alojamiento visto…acabaríamos volviendo a Khiva.
al rato se suben 2, uno de Tayikistán y otro de Kyrgyzstan, y comenzamos la ruta hacia Urgench…uno de ellos venía algo pasado de alcohol, y cuando pensamos que iba a ser un viaje desastroso, resultó que nos invitaron a cenar a las orillas del río Amu Darya, donde ellos se arriesgaron a comer peces del río (que estaba hecho algo mierda)…nosotros nos fuimos a la segura con los sheshlik
seguimos en ruta, y el de Kyrgyzstan (en la foto el de camisa blanca) nos preguntó si teníamos alojamiento, al decirles que no, nos contó que el volvía a casa porque era el cumpleaños de su hermana y nos invitaba a quedarnos con ellos… la experiencia de conversación (chicas hablando ingles perfectamente) de comida, bebida y hospitalidad, fue algo que convirtió un día duro, en irnos a dormir con una sonrisa en la cara.
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