No acaba un festival de Eurovisión cuando ya se está pensando en el siguiente; fechas y sobre todo ciudad anfitriona para poder mirar desplazamientos y alojamientos. Yo he tenido la suerte de poder viajar a Lisboa 2018 y Düsseldorf 2011 por lo que os cuento mi experiencia de viajar a Eurovisión y a la ciudad anfitriona del certamen
Viajar a Eurovisión
Eurovisión no es sólo el sábado del concurso, es mucho más.
Siendo pulcros, el festival empieza el lunes siguiente a la gala final; momento en el que distintas ciudades del país ganador empiezan a trabajar en presentar candidaturas para ser la ciudad anfitriona, y por otro lado, muchos cantantes y compositores empiezan a trabajar en posibles temas que, a dedo, o mediante preselecciones nacionales, acaben siendo EL tema que represente a sus países.
Ahora, entre semifinales, ensayos, welcome parties y demás, el festival en destino, puede durar todo un mes, cosa que para auténticos fans puede hasta quedarse corto, pero para otros puede ser un poco too much.
Yo reconozco mi afición a Eurovisión desde el 2001 con Rosa López, pero no fue hasta 2008 que llegué a Madrid donde todo me empezó a sonar un poco más, y empezar a saber cómo era todo ese mundo euro-fan
Desde hace muchos años que Eurovisión se celebra en mayo, temporada baja de vacaciones, ya que el grueso de la población centra sus viajes en verano, Navidad y Semana Santa, por lo que es una buena opción de escapada, ya que en prácticamente toda Europa, el clima será aceptablemente bueno
Pero aquí es cuando los precios se inflan bastante, tanto de vuelos como de alojamiento (yo reserve alojamiento 1 año antes, apenas se supo que ganó Portugal en 2017), reservé con cancelación gratuita en Booking los 4 fines de semana de mayo, y una vez se confirmaron las fechas cancelé las que no correspondían.
Viajar a Eurovisión es estar en un ambiente TOTALMENTE LIBRE Y TOLERANTE, con una mayoría de miembr@s de la comunidad LGBTI+, pero no olvidemos que ese ambiente se suma al ambiente que ya de por sí tiene la ciudad, por lo que según cual sea el país/ciudad anfitrión, puede ser un poco caos, ya que una ciudad turística de por sí, como París, Roma ó Berlín puede verse desbordada.
Eurovisión durante la semana de semifinales y final es donde más fans acoge, y donde más eventos hay. Algunos de pago y otros gratuitos. Los de pago si bien no son prohibitivos, son limitados en aforo ya que muchas de las entradas se dan a miembros de las comunidades fans oficiales de cada país, por lo que asistir a alguna fiesta puede ser complejo. Los gratuitos en cambio pueden estar muy bien, pero obviamente al ser para todos, el acceder o el mantenerse dentro, puede significar mucho agobio o mucho rato de espera.
Viajar a la Gran Final de Eurovisión
Si nos centramos en la semana de semis y final, (martes, jueves y sábado), un viaje de una semana a la ciudad anfitriona puede ser un gran plan ya que puedes acercarte a la euro-village para ver las semifinales y gran final en pantalla grande, y el resto del día, hacer turismo
Desde hace unos años, el poder comprar entradas para la final del festival se ha convertido en un absoluto desafío, ya que las plataformas de venta tienen un funcionamiento que ha dejado bastante que desear y este 2018 no ha sido la excepción
(No puede ser que estés de los primeros en la cola virtual, y cuando te toca tu turno te dan número de compra 30,000 o aunque tengas el número 100, algunas localidades ya estén agotadas)
Sin contar con la reventa, donde el precio de localidades se multiplicar por 2, por 10 y hasta por mucho más, sin tener certeza de que esa
Aquí os dejo cómo fue mi experiencia con la compra para el pasado festival de 2018.
Entiendo que los más férreos fans se devoran las semifinales, los ensayos… pero desde hace un tiempo intento escapar de tanta información ya que el ver semis me rompe la magia de cómo va a ser la puesta en escena final
¿Ver el festival desde fuera o desde dentro?
Vivir Eurovision desde dentro, el estadio, es una sensación brutal a nivel de la tecnología; el sonido y el ambiente que se tiene de todos los fans dentro del recinto, no se puede explicar, pero lo que es la puesta en escena de las canciones se pierde ya que o lo ves desde «lejos», o a través de los monitores que transmiten la señal que se emite por TV.
[youtube=https://youtu.be/Kzxp1me-kCI]
Si por el contrario, pasas de sufrir por la compra de entradas, en la Euro-Village se vive un ambiente diferente, rodeado de muy buen rollo, con entretenimiento las horas previas, al aire libre, pero quieras o no, estás mirando una pantalla, y como son recintos gratuitos, las horas previas, mas las 3 horas y pico de final pueden ser duras.
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Yo este 2018 estuve el viernes en el ensayo final en el estadio y el sábado en la gran final en el euro-village; dos situaciones diferentes, pero a fin y al cabo son 7 horas de «lo mismo». ¿Si tuviera que elegir? Pues complicado.
En Düsseldorf tanto el Jury Finale y Gran Final los vi desde el estadio así que no se cómo estuvo el ambiente en la calle. Sí es verdad que el despliegue técnico fue una pasada y merecía mucho la pena verlo desde dentro. Este 2018 en Lisboa era todo minimalista y sobrio, quizás demasiado en algunos momentos, así que creo que diría:
2011: Mejor desde dentro
2018: Mejor desde fuera
También dependerá mucho de quién sea el representante de tu país favorito, de tus ganas de verlo desde dentro o no. Yo por ejemplo con Barei en 2016 y siendo en Suecia, (con lo en serio que te toman el tema), me hubiera encantado estar dentro, así mismo con otras propuestas españolas de otros años, no me acababa de merecer la pena pagar y verlo desde dentro.
Viajar a la ciudad anfitriona de Eurovisión puede ser un gran plan entre semana santa y verano, y si te mola el festival, puedes cumplir un sueño; defender y apoyar a tu país o al que te de la gana, y además de hacer turismo.
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