Primero que todo, aquél que lea, mis post de Chile son sobretodo familiares, donde sí que puede haber información de sitios a los que he visitado, pero que en estas lineas no esperen líneas de información práctica. Ahora, si queréis preguntar algo, yo encantado ;)
Después de 3 años sin viajar… sin ver a la familia, se dió el momento… después de un intento fallido en Diciembre con AIRMADRID…llegó el momento
30 días de visita, del 22 de Enero al 21 de Febrero….1 mes para poder recuperar el tiempo perdido…que creo que se logro al 200%
El viaje comenzó una noche de enero, un par de compañero y amigos de universidad que se ofrecieron a acompañarme con los maletones y todo hasta el aeropuerto…recuerdo que hicimos el tonto un rato, hasta la hora de embarcar.
Un largo vuelo me esperaba, primero con escala en París, y luego en Sao Paulo, pero bueno, hasta Paris fue rápido y allá nada mas subir me tomé unas pastillas para dormir que fueron milagrosas, desperté en el descenso a Brasil.
Cruzar la Cordillera de los Andes hizo sentir ansias de llegar y pensar que me depararía el próximo mes que tenia por delante, y como estaría mi familia después de 3 años sin verles, así que una vez visto desde el aire las banderas y santiago, todo era cosa de horas…
En el aeropuerto me espero Jorge, un amigo que conocí por causas profesionales, y me llevó a casa, me dejo usar su baño y me llevo hasta el terminal, donde tenia 2 horas por delante hasta llegar a Viña y a mi casa.
Al bajar del autobús la ciudad había cambiado, de hecho, ya existía el metro y yo no vi ni las obras de construcción, una avenida con jardines…¡Me gusto mucho! pero al llegar al departamento mi familia no estaba, así que fui a la otra casa, a unos 10 minutos caminando, desde la esquina vi que estaba el coche de mi madre así que estaban todos allí…y así fue, cuando toque el timbre una de mis tías se asoma por la ventana, y emipeza el lagrimeo.
Mi familia estaba bien, de hecho, sentí que los 3 años sin verles no fueron tanto, ya que les vi muy igual a como les deje, lo cual me hizo bien, sentir que quizás no me habia perdido de muchas cosas en todo este tiempo.
Los dias siguieron, y uno de los planes fue ir a mi ex-trabajo, en el puerto, ir a buscar a mi mamá y dar vueltas por Valparaiso y los muelles Barón y Prat, quizás los más representativos de esta bahía y que más turistas recibe, y que gracias al metro, su acceso es muy facil.
Aprovechando el verano reinante, nos fuimos app 1 hora de la ciudad para legar a Papudo, zona de playa no muy concurrida donde poder estar tranquilos disfrutando del día, y del calor que sobretodo a mis tias les venia perfecto, hasta que por la tarde refrescó y el viento nos hizo regresar pero ya con esa sensación de cansancio después de estar tanto tiempo cerca del mar
Otros dias fueron de ocio, de estar en casa y hablar lo no hablado durante tantos meses, un día tocó comida tipica con folklore nacional, Pastel de Choclo, Empanadas y música típica que ya tenía casi olvidada.
Si se va a Chile, es casi un deber comer sus platos, ya que si bien son comida occidental, hay muchos ingredientes (como el maíz/choclo) que por ejemplo en España no se usa más que para espolvorearlo sobre la ensalada.
Una semana, decidimos irnos del resto de la familia, y mi madre y mi hermano nos fuimos 1 semana a Mantagua, un sitio de esparcimiento estival, cabañas, piscina, caballos, kayaks, excursiones y actividades, 1 semana de relajo sin preocuparnos de nada, que hace tiempo no tuvimos…hicimos cosas juntos, que como familia no habíamos hecho y creo que eso nos hizo mucho bien.
El mes dió mucho de sí, incluso para ir al medico, hacernos reconocimientos, y recorrer mas mi ciudad y ver y comprobar la bien que está, sus avenidas, sus nuevos hoteles, el escenario del Festival de Viña, uno de los más importantes festivales musicales de Latinoamérica, ubicado en la Quinta Vergara, en pleno centro de la ciudad, un pulmón verde al estilo del Parque de Retiro de Madrid, o los orgullosos parimonios de la humanidad como son los ascensores de Valparaíso, el renovado Casino Municipal en el borde costero…
Ya que habíamos tenido un momento los 3 como familia, también les tocó vivirlo al resto, nos fuimos a la zona interior de la región, (Villa Alemana, Quilpué…), donde el centro turístico nos ofreció desde comidas abundantes hasta paseos y juegos en la pisicina…si hasta jugamos al bingo!
Otro día, nos fuimos mas lejos, a Los Andes, a casi 2 horas en coche desde Viña del Mar, con calor, pero también con ganas de tener un momento para interiorizar…fuimos a la zona de Auco pero estaba colapsada, aquí es la iglesia de Sor Teresita, una de las beatas/santas más importantes, recordadas y queridas de la población chileno, pero nos fuimos al convento el cual es mucho mas intimo y menos comercial que esa construcción hecha simplemente por motivos económicos.
Si bien no somos (al menos mi madre, mi hermano y yo, muy católicos que digamos), creímos prudente dar gracias por podernos volver a vernos después de todos los años que pasaron… y pedimos por que no tuvieran que pasar otros 3 para volver a vernos de nuevo.
También, dio tiempo para verme con ex-compañeros / amigos de la época del colegio… la mayoría sin cambios…aun nadie casado, jajaja, al menos a la hora de escribir este post.
Pasando los días, uno de ellos dijimos: ¿Por qué no nos vamos por ahí en plan pijo?, y nos fuimos al restaurant giratorio de Valparaíso donde se divisa toda la bahía y la zona costera de la vecina Viña del Mar, nos pusimos nuestras galas y cenamos aménamente disfrutando de las vistas…¡¡y de la comida!! Pero como no somos egoístas, el día siguiente repetimos pero por la tarde, con un sol increíble que invitaba a salir al balcón y disfrutar de un zumo natural y una tarta casera mientras veíamos los cruceros partir desde la bahía y la masa de turistas yendo y viniendo..
Los días llegaban a su fin, y los últimos del viaje se dedicaron a tenerlos tranquilos y reencontrarse con familia que hace tiempo no se veía, o que dejaron de estar entre nosotros en las fechas que yo estaba en España
Finalmente, y quizás mas rápido de lo que pensaba, el mes en Chile pasó, y la nostalgia y la pena volvió ya que no sabíaamos cuando volveríamos a vernos, pero a pesar de ello, y de todos los problemas familiares que puedan haber, sabemos que seguimos estando ahí a pesar de los kilometros.
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