8 am y ya en pie, después de haber recogido toda la habitación y habiendo descansado muy bien, tocaba ponerme en marcha para la nueva aventura de 2 días de duración
desayuno de zumito natural de fruta de la pasión y tortilla de plátano con chocolate…todo hecho al momento….para juntar energías, hasta que el ruido de mi “carruaje” se acercó a la entrada del hotel
Uyen es el nombre de mi conductor, mI Easy Rider, o lo que es lo mismo, un motero que me llevará 2 días entre HoiAn y Hue, pero por el interior, las montañas, las tierras altas…mezclarme con locales, tener paisajes desconocidos…o lo que es lo mismo, escapar de la rutina.
Reconozco un poco mi sensación de respeto ante la motocicleta, lo bueno es que mi equipaje iba amarrado detrás y me hacía de respaldo, por lo que la sensación en mucho mas segura que en un scooter o una moto deportiva donde te tienes que agarrar bien al de delante para no caerte.
El clima era buenísimo, y dio tiempo para visitar restos de la cultura Cham, pero evitando las ruinas de My Son, ya que se salían del plan de ruta, al igual que el Paso de las Nubes…pero no por ello perdiendo parte vital del viaje, de hecho ya había leido que My Son estaba un poco sobrevalorado, según palabras de Uyen, íbamos a ver lo que merecía la pena, y no necesariamente iba a ser lo más turistico.
Conocer de cerca la fabricación del papel de arroz, tanto a nivel de fábrica como a nivel de usuario normal, intenté hacerlo pero la mujer parece que tenía faena después del Tet y no fue muy receptiva ante Uyen quien pidió si yo podía practicar.
Tuvimos hasta un momento para recordar a sus familiares fallecidos, y hacer una visita al cementerio…llama mucho la atención ver cómo los muertos conviven en armonía aunque sean de disitnta religión…¿por qué no podría ser así con los vivos?
Cruzar entre campos de arroz, campos de té y encontrarme con una boda…o mejor dicho, un ritual que hacen los novios en Vietnam, que es de sacarse fotos en todos los sitios posibles del país, ya que las familias ponen dinero para un álbum de fotos…era raro ver a una novia de blanco levantándose el vestido para no arrastrarlo entre las vacas y los campos de té, pero más raro era que se sacaran fotos frente a anuncios publicitarios o frente a hoteles…cosa de gustos ;)
Parar en medio de árboles de canela, donde poder pillar una muestra de la corteza y tener un sabor mucho mas intenso que el que pueda encontrar en ramas o canela en polvo en occidente (uno árboles que de no haber sido por Uyen no me hubiera enterado de que estaban en el camino)
A medio día hicimos un parón en medio de unas cataratas escondidas en el medio de la carretera, donde tras camiar un poco se llega a unos pequeños saltos de agua, donde me refresqué por mas de 1 hora, aquí puse a prueba mi cámara acuática, y el resultado fue muy bueno…habían unos cuantos locales, todos ellos bañándose con ropa…mi mochila la deje en un árbol un tanto pendiente de que me la fueran a robar…pero luego vi que esa gente no tiene esa mentalidad, o que al menos no me tocó ser victima de ello, pude chapotear sin problemas, y olvidándome de la cámara y la ropa que estaba adentro del bolso
Después del chapuzón entraba hambre… y debo reconocer que los Pho empezaron a cansarme…y el pillar algo picante y caliente con el clima que tenía, no me apetecía nada, pero bueno…ajo y agua.
Entrar y compartir aunque fueran sonrisas con grupos minoritarios es otra sensación del viaje…algunos de ellos aún celebraban el Tet, y al oir una moto o ver a alguien de piel mas clara, salían al encuentro, te cogían de la ropa, se saludaban, y hasta alguno se animaba a preguntarte algo…aunque mas allá del “hello, how are you”…nada mas
En todo este recorrido, de unos 150 kms. en casi casa esquina donde parábamos había gente saludando o que se giraba…y te das cuenta ahí mismo del poder de una sonrisa, aunque es verdad que yo la tenía desde que cogí el vuelo, y lo mejor es que se te es correspondida :)
Es verdad que yo iba de naranja! jajaja pero bueno, era lo único de manga larga que tenia, y el sol empezó a picar…mucho, mucho… Y GRAN ERROR, yo no llevaba ninguna crema solar en la mochila…obviamente en un pueblo perdido del interior de Vietnam, eso no era un artículo fácil de encontrar, hasta en un mercado local busqué y encontré de todo…menos eso ;)
Llegamos a Prao, el pueblo donde haríamos el descanso, eran casi las 6pm, llevaba como 10 horas en la moto! y aunque había luz, tocaba descansar, dimos una vuelta, me llamó la atención la cantidad de karaokes en ese pueblo que lo visitabas en 15 minutos, además estaba poco animado por que seguían de celebración…a dia de hoy, el Tet cada uno lo celebra como le da la gana, y lo alarga lo que quiera, o pueda.
Con unas cuantas cervezas en la terraza planificamos el próximo día de ruta, el cual iba a ser de casi 200kms y muy muy cerca de la frontera de Laos, aquí Uyen me prometió paisajes mucho mas atractivos, y no se equivocó…
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