Viaje de un día a Sevilla

El fin de la vida universitaria y el comienzo de la vida laboral me permitió comenzar con viajes de forma más frecuente, comenzar a cobrar un suledo para permitirme de momento, conocer los atractivos de España

Viajar a Sevilla

Qué hacer en Sevilla en un día

Cogí Vueling a las 06am llegando a Sevilla en algo más de 1 hora, luego bus hasta la estación de tren de Santa Justa, sitio de reunión con el resto del grupo

Coincidió con la Feria de Abril, y por suerte, fue el único día de esa semana que NO llovió, por lo que si bien el barrial no ayudaba para pasear por según qué sitios, la mañana era agradable y con poco jaleo para poder visitar Sevilla a gusto… después de tantos días de lluvia la gente habría tirado un poco la toalla hasta que se despertaron y al ver el sol decidieron salir a la Feria.

Qué ver en Sevilla

Una vez ubicados comenzamos la ruta comenzando con la típica pregunta: ¿Qué ver en Sevilla?, buscando y preguntando por la zona, nuestra visita comenzó con La Giralda y la Plaza España, la Giralda, el campanario de la catedral estaba cerrada por las lluvias así que nos contentamos con verla por fuera, de ahí entramos a un hotel con decoración muy típica de la zona, y luego cruzamos unas calles hasta una zona verde para descansar un poco y escapar de tanto vestido de cola y carruajes.

Como es de esperarse, los hoteles en Sevilla tanto en verano como en los días cercanos a la Feria de Abril suelen colgar el cartel de «completo», por lo que si uno pretende hacer un viaje en fechas altas, no dejar el tema del alojamento para lo último

Por su lado la Plaza de España de Sevilla estaba en condiciones de visitarse, una gran plaza con fuentes y decorados andaluces, donde lo que más llama la atención son los grandes cuadros hechos de azulejos, los cuales hacen referencia a todas las provincias de España

Vivir la Feria de Sevilla

Dirigimos nuestros pasos hacia la zona de la feria, que nos recibía con un gran arco, muchas casetas públicas y privadas, además de carruajes y trajes típicos de esas fiestas, se veía un poco apagado el ambiente, me imagino por la mala racha climática de los días anteriores.

Anduvimos mucho tiempo buscando sitio donde entrar, mientras nos rodeaban los vestidos de topos, las mantillas y los abanicos. Finalmente entramos a una caseta que aunque estaba llena se estaba a gusto, y si bien entre el clima, el calor, el rebujito y la fritanga se hizo un poco pesada la estancia, habremos estado unas 2 horas allí hasta que cerca de la hora de la merienda salimos y nos fuimos a andar por la zona del río Guadalquivir

Avanzamos hasta uno de sus puentes, y descansamos a la sombra de unos naranjos, donde se estaba muy a gusto pero ya se acercaba la hora de coger el tren de regreso, en mi caso un nocturno hasta Barcelona de 11 horas!!! que por suerte…pasaron rápido, un viaje y ciudad que merece la pena por mucho más tiempo, pero aunque fuera sólo por un día, Sevilla tiene mucho que ofrecer.