Hace unos días mirando el calendario comprobé que han pasado 15 años desde que dejé mi Chile natal por España. 15 años que se dicen pronto, y que a veces siento que no han sido tantos, pero cuando te pones a mirar o que has hecho, visto, visitado y vivido… sí que te salen las cuentas.

Aquí lo de la cantidad y calidad de tiempo van a la par, y aunque es imposible saber qué hubiera pasado si nunca me hubiera venido a Europa, o si mi estancia hubiera sido únicamente la de estudiar y regresar a casa, tengo claro que hay muchas cosas que estando han sido más fáciles

En el año 2000 cuando viajé a Roma para la Jornada Mundial de la Juventud se sembró la semilla de los viajes y de querer más allá del horizonte. Ver en real lo que por estar en un país (para bien o para mal), tan alejado de muchas cosas sólo veía por televisión o por libro.
No recuerdo cómo se dio que a los 6 meses de haber legado, me animé a realizar mi primer viaje en solitario. Quien me hubiera dicho que con 20 años y de haber sido sobre protegido toda mi infancia y adolescencia, me iba a colgar la mochila al hombro e irme por Europa en tren

Le pillé el gusto, y hasta 2008 no hubo otro viaje. Mi primer y hasta ahora único contacto con el continente africano. Túnez (que dista mucho de lo que es África realmente, pero oye, geográficamente lo es)

Más viajes fueron viniendo, aunque siempre en Europa, la zona de confort, pero pasan los años y da con más gente que le gusta viajar, y te hablando de destinos y experiencias que no te habías planteado a pesar de tener algunos a sólo un par de horas de distancia. Ves que es seguro viajar a países lejanos, o ves que sabiendo dónde buscar, puedes encontrar vuelos baratos a destinos que pensabas que serían muy caros.

Asia apareció en el horizonte. Tanto el Asia más occidental con Armenia y Georgia, como con el más oriental, Japón. Al igual que los destinos mochileros por excelencia como Tailandia o Vietnam


Últimamente empiezan a llamarme destinos poco conocidos, no sólo por el hecho de variar y evitar la saturación de lugares de moda, sino porque ahí puedes conocer otras realidades, hay más opciones de tratar con locales, ver cosas que no has visto en otros sitios… y si bien esos sitios necesitan un extra de tiempo o de dinero, realmente no lo es tanto, y si lo deseas, ese «sacrificio» de viajar a un lugar X, bien vale la pena unos meses de menos cenas fuera, de menos comprar ropa y de menos cubatas en la discoteca


Mucho sello en el pasaporte, al igual que muchas historias que contar, donde el gran gran porcentaje de ellas han sido positivas, y aunque con los años el sorprenderse con un destino es cada vez más difícil, nuevamente lo importante no es el destino, sino el viaje hasta él.
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