Viajando por Europa con un pasaporte NO europeo, siempre tienes algún grado de respeto ya que a veces el trato no es igualitario, y por mucho que te informes por Internet si necesitas o no visa de turista, normalmente en las aduanas o controles fronterizos no lo suelen tener muy claro
Excepto en aeropuertos, pero claro…en frontera terrestre y pasaporte chileno, era normal tener algo mas de retraso, eso sí, nunca un problema grave.
Entrar en Bosnia y Herzegovina trae de por sí a la mente recuerdos de una guerra que aunque ya haya acabado, sigue estando presente, pero es verdad que era una zona que me apetecía mucho conocer, sobretodo por desmitificarla por el tema seguridad, por suerte tengo un amigo serbio aquí en España y eso me ayudó a quitarme un poco esa idea y pude comprobar en terreno lo amables que son, a pesar de que sea una ciudad que rezuma historia y heridas de guerra, es cosa de ver las paredes de casi todos los edificios de la ciudad.
Uno de los sitios más importantes de la zona es la ciudad de Mostar, donde destaca el Stari Most, el Puente Viejo, un puente lleno de simbolismo sobre el río Neretva, ya que su construcción fue durante todo el proceso de disolución de Yugoslavia, las Repúblicas Balcánicas comenzaron a aflorar, y el Stari Most era un símbolo de ello, de la diversidad cultural de entonces y que se mantiene hasta ahora.
En noviembre de 1993 durante la Guerra de Bosnia, el puente fue destruido, pero una vez alcanzada la paz en 1995, y por ser uno de los orgullos de Bosnia y Herzegovina, se comenzó su reconstrucción y fue re-inaugurado en 2004, durante los años de reconstrucción, España jugó un papel importante aquí ya que el puente provisional que se construyo durante todos esos años, fue de manos del ejercito español.
Mostar es uno de los atractivos más importantes, al rededor del puente el casco antiguo tiene mucha vida, mercadillos, restaurantes…pero todo con una mezcla entre europea y musulmana muy atractiva, por ejemplo el ver una mezquita con su minarete en una calle y al otro lado una iglesia católica, enamora, y más aún cuando se convive en armonía
En estas callejuelas lo ideal es visitar sus mezquitas, sus mercados y además de probar la gastronomía local, como lo son el Cevapi y el Burek, además de brindar con su licor, Rakia
Otros atractivos fácilmente alcanzables desde Mostar centro en transporte público son los que están en la zona de Blagaj, donde el duro ascenso a su fortaleza merece la pena aunque te dejes un poco la piel encima ya que hay zonas sin senderos y debes ascender mediante unos cables de hierro, otra opción mas relajante es visitar el Monasterio de Blagaj
A pesar de su historia reciente, Mostar intenta ocultar sus heridas de guerra aceptando a quién lo visita con su mejor sonrisa, la hospitalidad balcánica está presente en cada rincón, esperando a ser bien recibida.
'Mostar…Cicatrces de guerrra' has 1 comment
4 de abril de 2014 @ 8:40 AM María Grau
Las guerras nunca traen nada bueno, gracias a que han terminado en esa zona, aunque los edificios están más agujereados que un colador.
La comida tiene muy buena pinta…
Que bueno que estés motivado para contar todo lo que has vivido.